Intervención a distancia en pacientes con trastornos del lenguaje y aprendizaje en el Centro Integral de Salud Mental

Intervención a distancia en pacientes con trastornos del lenguaje y aprendizaje en el Centro Integral de Salud Mental

Centro Integral de Salud Mental

El CISAME (Centro Integral de Salud Mental), adscrito al Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental, ubicado al sur de la CDMX, es una unidad especializada en salud mental que brinda servicios de atención medica psiquiátrica y atención psicológica y rehabilitación física para personas adultas, niños, niñas y adolescentes.

CISAME (Centro Integral de Salud Mental)

El Centro cuenta entre sus servicios


El centro cuenta entre sus servicios con la clínica de psicomotricidad, lenguaje y aprendizaje, la cual brinda atención a niños, niñas y adolescentes entre 2 y 12 años de edad que presentan trastornos de la comunicación humana y el aprendizaje.

Este servicio al igual que el CISAME se encuentra en funcionamiento desde  julio de 1999,  actualmente la clínica cuenta con profesionales en rehabilitación, tanto del área de la comunicación humana como de la educación especial.

La atención brindada en el servicio de rehabilitación, siempre se había dado en la forma “tradicional”, los pacientes acudían a sus citas al centro tanto para la valoración como la intervención; hasta el año 2020 cuando debido a la pandemia por COVID-19 y sus ya conocidas consecuencias que de un modo u otro nos han llevado a tener cambios importantes en nuestros entornos familiares, laborales, escolares, etc., nos vimos en la necesidad de tomar decisiones y medidas antes nunca contempladas aunque claramente ya existentes y científicamente validadas, esto con la finalidad de dar continuidad al tratamiento de los pacientes de forma que no se comprometiera la salud y asegurando que esta práctica a distancia fuera equivalente a la calidad de los servicios prestados de forma presencial. Es así como a partir de agosto del año 2020 se inicia la atención a distancia a los pacientes de la clínica.

La experiencia ha sido realmente enriquecedora, ya que, nunca antes habíamos tenido la oportunidad de realizar esta práctica por lo que en un inicio represento todo un reto, una de las principales barreras a las cuales nos enfrentamos fue asegurarnos de que tanto pacientes como terapeutas pudiéramos tener acceso a la tecnología que nos permitiera participar en esta modalidad de trabajo.  Como terapeutas darnos cuenta de las habilidades reales con las que contábamos y el conocimiento en cuanto al manejo de plataformas que permitirían llevar a cabo la rehabilitación de los pacientes fue un punto de partida.

El manejo de técnicas para dirigir a las familias en la comprensión sobre los servicios a distancia se convirtió en el siguiente tema a solucionar, ya que en un inicio la mayoría de los padres se mostraron renuentes y escépticos con respecto a la utilidad y eficacia del tratamiento llevado en esta forma. Sin embargo con los pocos padres que aceptaron retomar los tratamientos de forma remota iniciamos este proyecto, aprendiendo juntos, terapeutas y padres de familia a utilizar los recursos que la plataforma nos ofrecía.

La institución nos brindó capacitación y apoyo específico para usar la tecnología de una forma más eficaz, sin embargo, al ser esta una situación hasta cierto punto repentina e inesperada,  la realidad es que todo se fue dando sobre la marcha, ya que las terapeutas que decidimos iniciar con la tele práctica contábamos con exposición y experiencia en algunos casos limitada y en otros nula con cualquier sistema de telesalud, fue necesario vencer el “miedo” a la tecnología, lo cual en un principio se reflejó en una cierta renuencia por parte de padres y colegas a utilizar este medio como forma de trabajo, ya que surgieron dudas sobre la capacidad de participar, desarrollar y establecer una relación con los padres y sobre todo con nuestros pacientes  se vería afectada.

Retos y Aprendizaje


La institución nos brindó capacitación y apoyo específico para usar la tecnología de una forma más eficaz, sin embargo, al ser esta una situación hasta cierto punto repentina e inesperada,  la realidad es que todo se fue dando sobre la marcha, ya que las terapeutas que decidimos iniciar con la tele práctica contábamos con exposición y experiencia en algunos casos limitada y en otros nula con cualquier sistema de telesalud, fue necesario vencer el “miedo” a la tecnología, lo cual en un principio se reflejó en una cierta renuencia por parte de padres y colegas a utilizar este medio como forma de trabajo, ya que surgieron dudas sobre la capacidad de participar, desarrollar y establecer una relación con los padres y sobre todo con nuestros pacientes  se vería afectada.

Otra barrera importante fue el acceso limitado a dispositivos para participar en la telepráctica en el entorno laboral, de modo que en la mayoría de los casos quienes iniciamos esta forma de trabajo fue con equipos de cómputo propios superando así esta barrera de la mejor manera, y pensando en que los pacientes no dejaran su tratamiento por tanto tiempo ya que como bien sabemos fueron meses de mucha incertidumbre con respecto al tiempo que se requeriría para poder regresar al entorno laboral de manera “normal”.

Otra barrera importante fue el acceso limitado a dispositivos para participar en la telepráctica en el entorno laboral, de modo que en la mayoría de los casos quienes iniciamos esta forma de trabajo fue con equipos de cómputo propios superando así esta barrera de la mejor manera, y pensando en que los pacientes no dejaran su tratamiento por tanto tiempo ya que como bien sabemos fueron meses de mucha incertidumbre con respecto al tiempo que se requeriría para poder regresar al entorno laboral de manera “normal”.

Fue así como de manera general comenzó nuestra incursión en la telepráctica y la telerehabilitación, término que propone la ASHA (Asociación Americana del habla, lenguaje y audición) para la práctica a distancia de profesionales en el ámbito de las patologías del habla y el lenguaje.

En un inicio la intervención con los pacientes fue un desafío, puesto que fue necesario adaptar materiales, actividades, incluso recursos de valoración a formatos digitales, explorar que ofrecía la red que nos pudiera ser útil como recurso de trabajo, incluso adquirir diversos contenidos con un costo; posterior a esto a medida que ha ido  pasando el tiempo nos hemos percatado de que si bien, la atención a distancia es un modelo apropiado de prestación de servicios en el área de la rehabilitación de los trastornos del lenguaje y aprendizaje, no lo es necesariamente para todos los pacientes ya que es preciso en primer lugar asegurarse de que los usuarios del servicio pueden acceder a la tecnología que les permitirá participar en la actividad, considerar el estado físico, sensorial, habilidades cognitivas, tipo y gravedad del déficit de comunicación y acceso al aprendizaje que presenta la persona que recibirá la atención a distancia, así como la diversidad cultural y lingüística, capacidades tecnológicas e incluso el entorno físico del paciente, como presencia de ruido de fondo por ejemplo cuando hay más hermanos tomando clases,  o los pacientes toman la terapia en el lugar de trabajo de alguno de sus padres, incluso distractores comunes de su hogar (radio, televisores, personas platicando, etc.).

Experiencias aprendidas


La experiencia trabajando a distancia nos ha enseñado que algo primordial es hacer conscientes a los padres de la importancia de adaptar un espacio adecuado a sus hijos, donde se puedan eliminar al máximo y en la medida de lo posible este tipo de distractores, así como hacer ver  que es necesaria su presencia para apoyar las sesiones de telepráctica en caso necesario y que al igual que en una intervención presencial, ellos siguen siendo el principal apoyo de sus hijos en casa, por lo cual deben estar presentes para conocer lo que su hijo trabajó durante la sesión, cómo lo hizo y que se espera que logre,  de modo que los padres siguen teniendo un papel esencial en el tratamiento de sus hijos aun siendo este a distancia.

También es de gran utilidad tener la oportunidad de una sesión previa con la familia para dar un panorama de cómo se llevará a cabo la intervención de forma virtual, en el caso de que la evaluación se realice por esta modalidad, se les debe informar con anticipación si será necesario que cuenten con algún material, así como en las sesiones subsecuentes es importante tener el plan de trabajo previamente elaborado para hacer saber si requerirán de algún recurso en especial. Una vez tomadas en cuenta las cuestiones anteriores se definen quienes serán los pacientes que pueden acceder a este tipo de intervención, y que niños, niñas y/o adolescentes requerirán de otras opciones de trabajo.

Actualmente el servicio lleva a cabo un plan de trabajo hibrido ya que es preciso adaptarnos a las necesidades de los usuarios de nuestra clínica, continuamos privilegiando la telepráctica debido a la contingencia sanitaria mediante sesiones síncronas donde se interactúa en tiempo real con los pacientes, otorgando los servicios mediante una plataforma con conexión interactiva de audio y video con el objetivo de lograr una experiencia similar a la lograda en una terapia tradicional, una ventaja que representan estos servicios sincrónicos es poder conectar un grupo de pacientes (máximo tres usuarios) o tener sesiones individuales según sea la necesidad, también hemos adoptado la forma de trabajo asíncrona, la cual se lleva a cabo mediante captura de datos, imágenes,  actividades, etc., que son  enviadas a los usuarios que por cuestiones diversas no pueden acceder a las sesiones en tiempo real y una opción más  de atención es la presencial (siempre tomando en consideración las recomendaciones sanitarias, y el estatus de semaforización vigente).

Al adoptar esta forma hibrida en la intervención, se busca facilitar a las familias el que sus hijos continúen con el tratamiento que requieren ya que también es necesario tomar en cuenta la vida laboral de los padres, así como las responsabilidades que tienen en sus hogares, acceso a la tecnología, etc.

A lo largo de este año en que hemos tenido la oportunidad de aplicar la telerehabilitación, se ha podido observar que la mayoría de los padres de familia están satisfechos con el trabajo que se ha realizado con sus hijos, ahora la mayor parte de las familias prefieren y piden la intervención a distancia, ya que mencionan les aporta varias ventajas, aunque como mencione anteriormente la clínica ofrece flexibilidad a una forma combinada de trabajo.

Es un hecho y hemos podido comprobar, que los recursos digitales aumentan la motivación en los niños y niñas pacientes de la clínica, como institución, el beneficio obtenido al implementar esta forma de trabajo es que se ha podido dar un flujo más eficaz a las listas de espera ya que los tratamientos pueden ser “intensivos” al poder intervenir más de una vez por semana con los usuarios sin que esto les represente un gasto extra, acortando así los tiempos de espera para el ingreso al servicio.

La telepráctica es una solución a los desafíos que implican la distancia y el acceso a nuestros servicios, se evita el traslado de los destinatarios de esta atención impactando positivamente en cuestiones como la economía, tiempo invertido, etc. Mediante la atención a distancia es posible superar barreras asociadas con la geografía y el tiempo ya que no hay límites inherentes a donde se pueda implementar.


Para mayores informes sobre este proyecto dirigirse con L.T.C.H. Tania Casillas Torres,

Centro Integral de Salud Mental CISAME 7mo. Piso,
Clínica de Psicomotricidad, Lenguaje y Aprendizaje.

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